Esto depende de su edad. Por ejemplo entre el primer y segundo año de vida los alimentos más alergénicos son la leche de vaca, el huevo y el pescado.
Otros alimentos que producen alergias y que deben evitarse durante el primer año de vida son: cítricos, chocolate, cacahuate y fresas. Más tarde la lista se amplía incluyendo alimentos como frutos secos y mariscos.
Las alergias en general se transmiten por herencia genética y las personas que tienen alergia a un determinado alimento suelen ser susceptibles de padecer alergia también a algún factor ambiental como el polvo o el polen.
La reacción alérgica a los alimentos es una respuesta alterada del organismo a un antígeno. Un antígeno puede ser una proteína, una sustancia unida a una proteína, un aditivo añadido a un alimento, etc.
Esta sustancia al ser combinada con un anticuerpo produce una respuesta inmunológica, que resulta en un daño celular y en la liberación de histamina. Pero en el caso de las personas que sufren alergia hacia algún alimento, el sistema inmunológico no funciona adecuadamente ante la sustancia que lo perjudica como por ejemplo, ante la proteína del huevo, desencadenando los síntomas de la alergia.
No obstante, la alergia alimentaria puede ser resultado de diversos factores tales como deficiencias del organismo por la carencia de encimas responsables de la digestión.
En el caso de los recién nacidos y niños menores de un año, la pared intestinal es excesivamente permeable y las proteínas completas con pequeño peso molecular pueden pasar al torrente circulatorio. Estas moléculas son capaces de originar reacciones alérgicas a determinados alimentos, tales como leche de vaca y el huevo.
En el caso de la enfermedad celíaca, se trata de una intolerancia del intestino a una proteína que se encuentra en el trigo, llamada gluten, y no se considera una alergia alimentaria.
Los síntomas más comunes de la alergia alimentaria son el asma, náusea, vómito y diarrea, eczema, urticaria y obstrucción de las fosas nasales.
Otros alimentos que producen alergias y que deben evitarse durante el primer año de vida son: cítricos, chocolate, cacahuate y fresas. Más tarde la lista se amplía incluyendo alimentos como frutos secos y mariscos.
Las alergias en general se transmiten por herencia genética y las personas que tienen alergia a un determinado alimento suelen ser susceptibles de padecer alergia también a algún factor ambiental como el polvo o el polen.
La reacción alérgica a los alimentos es una respuesta alterada del organismo a un antígeno. Un antígeno puede ser una proteína, una sustancia unida a una proteína, un aditivo añadido a un alimento, etc.
Esta sustancia al ser combinada con un anticuerpo produce una respuesta inmunológica, que resulta en un daño celular y en la liberación de histamina. Pero en el caso de las personas que sufren alergia hacia algún alimento, el sistema inmunológico no funciona adecuadamente ante la sustancia que lo perjudica como por ejemplo, ante la proteína del huevo, desencadenando los síntomas de la alergia.
No obstante, la alergia alimentaria puede ser resultado de diversos factores tales como deficiencias del organismo por la carencia de encimas responsables de la digestión.
En el caso de los recién nacidos y niños menores de un año, la pared intestinal es excesivamente permeable y las proteínas completas con pequeño peso molecular pueden pasar al torrente circulatorio. Estas moléculas son capaces de originar reacciones alérgicas a determinados alimentos, tales como leche de vaca y el huevo.
En el caso de la enfermedad celíaca, se trata de una intolerancia del intestino a una proteína que se encuentra en el trigo, llamada gluten, y no se considera una alergia alimentaria.
Los síntomas más comunes de la alergia alimentaria son el asma, náusea, vómito y diarrea, eczema, urticaria y obstrucción de las fosas nasales.
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